Sal Emergui Jerusalén
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Decenas de palestinos murieron y resultaron heridos tras un ataque aéreo israelí en un campo de desplazados de Rafah desde donde horas antes Hamas había lanzado, por primera vez en cuatro meses, proyectiles contra el área de Tel Aviv, en el centro de Israel. El Ejército israelí neutralizó gran parte de los ocho cohetes disparados en un ataque que causó heridas leves a dos mujeres en Herzlia, al norte de Tel Aviv. Según el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, la Fuerza Aérea destruyó la lanzadera de los proyectiles "que estaba situada entre una mezquita y un colegio" y "atacó objetivos terroristas".
Por la noche, las autoridades de Hamas indicaron que varias decenas de personas murieron y resultaron heridas en varios ataques israelíes sobre un campamento de desplazados en el noroeste de Rafah, en el barrio de Tal al Sultan.
Mientras Hamas denunció una "masacre" y pidió la intervención de la ONU, el Ejército comunicó que realizó un ataque aéreo "contra un complejo en el que se encontraban importantes terroristas de Hamas usando munición precisa e información precisa del uso de ese área por parte de Hamas".
Según su comunicado, mataron a dos cabecillas de Hamas incluyendo el jefe de la sección encargada de haber realizado y planificado atentados en Cisjordania e Israel, Yasin Rabia. Asimismo, indicó que tiene "conocimiento de las informaciones sobre que como resultado del ataque y el fuego que se desató, varios civiles de la zona resultaron dañados" asegurando que "está bajo revisión".
Horas antes, las sirenas y la acción de las baterías defensivas devolvieron a los habitantes del centro de Israel a los primeros dos meses de la guerra iniciada a raíz del ataque del grupo yihadista del pasado 7 de octubre. Un conflicto bélico que, 233 días después, está centrado precisamente en la zona de Rafah, al sur del enclave palestino mientras las negociaciones de un alto el fuego que incluya la liberación de secuestrados podrían reanudarse en los próximos días bajo la mediación de EE.UU, Egipto y Qatar aunque sin demasiado optimismo.
La ráfa*ga de cohetes reivindicada de forma oficial por el brazo armado de Hamas podría acelerar la ampliación de la operación terrestre israelí iniciada en Rafah hace 20 días. Otra interpretación es que el grupo islamista usó una de sus lanzaderas en esta zona ante el avance terrestre y la posibilidad de que las tropas israelíes entren en el centro de Rafah en una ofensiva anunciada hace meses y bajo la lupa crítica de la comunidad internacional representada en la última sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
"Hamas aún tiene decenas de proyectiles de largo alcance para atacar y a medida que las tropas avanzan en Rafah, los terroristas intentan usarlas antes de que se las destruyamos", afirman fuentes de seguridad israelíes tras un lanzamiento realizado desde Shabura, una zona situada a un kilómetro de distancia de los soldados israelíes desplegados en Rafah.
Dos horas después del ataque y dos días después de que la CIJ ordenase la detención de las acciones militares israelíes en esa zona, el ministro Benny Gantz ha declarado que "el disparo de Rafah demuestra que el Ejército debe actuar en cualquier lugar donde Hamas se encuentra. Y así será. El mundo debe saber que quien tiene a los secuestrados, quien dispara contra nuestras ciudades y quien siembra terror, es el responsable". También prometió "ajustar cuentas con los asesinos de Hamas que son criminales de guerra".
El ataque ha sorprendido a los residentes en el centro de Israel de tal forma que algunos pensaron inicialmente que el origen de los proyectiles no era la Franja de Gaza sino Líbano dado el intenso y diario intercambio de golpes con la milicia Hizbulá.
Minutos después de que las sirenas sonaran en Gush Dan (zona en torno a la metrópoli de Tel Aviv) por primera vez desde el 29 de enero, el brazo armado de Hamas asumía la autoría de los proyectiles apuntando que era "la respuesta a las masacres sionistas contra los civiles" en alusión a los ataques en la Franja de Gaza. "Es un mensaje a la ocupación y la demostración que aún no logró ninguno sus objetivos de guerra tras ocho meses", afirmó el portavoz islamista Sami Abu Zuhri asegurando que la situación de las milicias "es buena" y aun con capacidad para alanzar el centro de Israel.
La "gran andanada de misiles sobre Tel Aviv" anunciada por las Brigadas Ezzedín al Qassam -significativa no por su resultado sino por alcance (alrededor de 100 km)- es un mensaje a los ciudadanos israelíes que no esperaban una guerra tan larga y costosa pero también posee clave nivel interna ante el aumento de la presión militar con intensos combates y ataques aéreos en Jabalia (norte) y en Rafah (sur). Además, el Ejército golpeó centros de producción de proyectiles de Hamas y, según medios israelíes, ya tiene el control de más del 60% del Corredor de Filadelfia que ve como principal vía de entrada subterránea de armas de contrabando de Egipto a la Franja de Gaza.
Como refleja su posición cada vez más inflexible en la mesa de negociación, Hamas se siente reforzado debido al mayor aislamiento de Israel y la creciente presión internacional para que cese la ofensiva sin un acuerdo sobre los rehenes. Así interpreta el grupo islamista la última decisión del tribunal en La Haya, reunido a instancias de Sudáfrica.
Mientras el liderazgo palestino y los países árabes denuncian que Israel ignora la sentencia leída por el presidente de la CIJ, Nawaf Salam, y exigen su cumplimiento, las autoridades israelíes interpretan que las condiciones incluidas en el texto al respecto le dan un margen para seguir la ofensiva sin ser acusada de incumplir la orden. Con todo, la decisión del alto tribunal dependiente de la ONU no sólo es una tarjeta amarilla más a Israel sino una tarjeta roja operativa obligándole a limitar la operación con la probabilidad de que acabe en los próximos días en el Consejo de Seguridad de la ONU.
EEUU se opone a una ofensiva a gran escala en Rafah aunque aceptaría si es muy limitada sobre todo después que, según Israel y la ONU, más de 900.000 personas abandonaron esa zona tras los llamamientos de evacuación del Ejército. Hace un mes, alrededor de 1,4 millones de palestinos -entre más de un millón de desplazados- se encontraban hacinados básicamente en tiendas de campaña en ese perímetro cerca de la frontera con el Sinaí egipcio.
"Las familias desplazadas en Gaza se ven obligadas a huir una y otra vez, algunas de ellas incluso seis veces. Buscan refugio en tiendas de campaña improvisadas o en edificios dañados", indica UNRWA (Agencia de la ONU para refugiados palestinos) antes de denunciar que "la seguridad no existe en la Franja de Gaza. Los bombardeos continúan y faltan suministros vitales".
